Animo, no hay nada perdido.
“Llegados a la casa subieron a la sala, donde se alojaban: Pedro, Juan, Santiago, Andrés, Felipe, Tomás, Bartolomé, Mateo, Santiago el de Alfeo, Sim ón el Celotes y Judas el de Santiago. Todos ellos se dedicaban a la oración en común, junto a algunas mujeres, entre ellas María, la madre de Jesús, y con sus hermanos”
(Hechos de los Apóstoles 2, 13-14)
Vivimos, a mi modo de ver, en una sociedad, al menos, “complicada”, un momento de la historia difícil para el ser humano; ya que el hombre ha puesto su esperanza, en muchas ocasiones, en sus poderes, olvidándose de Dios y de todo lo trascendente.
Oración Comunitaria a San Roque
ORACIÓN COMUNITARIA A SAN ROQUE
ORACIÓN I
Oh glorioso San Roque, que por vuestro ardiente amor a Jesús habéis abandonado riquezas y honores y buscasteis la humillación, enseñadme a ser humilde ante Dios y los hombres. Alcanzadme la gracia de apreciar en su debido valor las riquezas y los honores de la vida para que no sean para mi lazos de eterna perdición.
Os lo pido humildemente, oh glorioso San Roque, para que seamos dignos de seguiros en el camino que lleva a la salvación eterna.
Libradme de toda enfermedad corporal. Alcanzadme el favor que os pido si es para honra vuestra, gloria de Dios y salvación de mi alma. Amén.
VIDA DE SAN ROQUE
San Roque, nacido en Montpellier en 1295,fue un noble francés que a los 20 años decidió repartir sus bienes a los pobres y se marchó a peregrinar a Italia, donde se consagró a asistir a los enfermos aquejados por la peste, hasta que él mismo se contagió.
Piadoso, decidió retirarse solo a los bosques para no contagiar la enfermedad y morir en soledad en 1327. Allí, cuenta la leyenda, apareció un perro que, día a día, llevaba al santo pan para poder comer. En reconocimiento al perro de San Roque, las imágenes del santo siempre están acompañadas por la del animal que fue el único que lo acompañó y asistió hasta su muerte.
Varios milagros fueron atribuidos al santo, y hasta un dicho se hizo popular entre la gente para protegerse de la rabia: «San Roque, San Roque, que ese perro no me mire ni me toque». Todos los años, el 16 de agosto se conmemora el Día de San Roque, y en distintas parroquias se celebran misas y actos donde los bendecidos son los perros junto a sus dueños.
ORACIÓN II
Glorioso San Roque, rogad por nosotros que, por nuestros pecados, no nos atrevemos a presentarnos delante de Dios. Padrenuestro, avemaría y gloria.
Roque santo, rogad por nosotros a Dios, que es Padre de misericordia, ahora que gozáis de su vista en la gloria celestial. Padrenuestro, avemaría y gloria.
San Roque glorioso, presentad nuestras humildes súplicas, uniéndolas a las de la Inmaculada Virgen María y a las de todos los Santos Franciscanos, para que seamos oídos y podamos dar a todos las gracias en el nombre de Jesús. Padrenuestro, avemaría y gloria.
La cruz santa + selle nuestra frente.
La cruz, santa + selle nuestra boca.
La cruz santa + selle nuestro corazón.
Por el amor que a la cruz profesó San Roque, con cuya señal libró a los pueblos del mal contagioso, libradnos, Señor.
V. Rogad a Cristo, Roque santo, en todas nuestras flaquezas.
R. Para que seamos dignos de sus promesas,
ORACIÓN.- Oh, Dios, que por medio de vuestro Ángel presentasteis al Bienaventurado San Roque una tablilla escrita, prometiéndole que cualquiera que de corazón le invocare quedaría libre de los estragos de la peste, concedednos la gracia de que celebrando su gloriosa memoria, mediante sus méritos y ruegos, seamos libres de todo contagio tanto de cuerpo como de alma. Por Nuestro Señor Jesucristo. Amén.
ORACIÓN III
San Roque, por los ejemplos que nos diste de pobreza, paciencia y caridad con los enfermos, te imploramos tu intercesión para imitarte y conseguir la protección de Cristo, Señor universal; especialmente contra la contaminación de los elementos naturales y de las costumbres. Confiamos que como tantas veces socorriste a nuestros antepasados, también ahora lo hagas con nosotros. Amén.
ORACIÓN COMUNITARIA A SAN ROQUE
ORACIÓN I
Oh glorioso San Roque, que por vuestro ardiente amor a Jesús habéis abandonado riquezas y honores y buscasteis la humillación, enseñadme a ser humilde ante Dios y los hombres. Alcanzadme la gracia de apreciar en su debido valor las riquezas y los honores de la vida para que no sean para mi lazos de eterna perdición.
Os lo pido humildemente, oh glorioso San Roque, para que seamos dignos de seguiros en el camino que lleva a la salvación eterna.
Libradme de toda enfermedad corporal. Alcanzadme el favor que os pido si es para honra vuestra, gloria de Dios y salvación de mi alma. Amén.
VIDA DE SAN ROQUE
San Roque, nacido en Montpellier en 1295,fue un noble francés que a los 20 años decidió repartir sus bienes a los pobres y se marchó a peregrinar a Italia, donde se consagró a asistir a los enfermos aquejados por la peste, hasta que él mismo se contagió.
Piadoso, decidió retirarse solo a los bosques para no contagiar la enfermedad y morir en soledad en 1327. Allí, cuenta la leyenda, apareció un perro que, día a día, llevaba al santo pan para poder comer. En reconocimiento al perro de San Roque, las imágenes del santo siempre están acompañadas por la del animal que fue el único que lo acompañó y asistió hasta su muerte.
Varios milagros fueron atribuidos al santo, y hasta un dicho se hizo popular entre la gente para protegerse de la rabia: «San Roque, San Roque, que ese perro no me mire ni me toque». Todos los años, el 16 de agosto se conmemora el Día de San Roque, y en distintas parroquias se celebran misas y actos donde los bendecidos son los perros junto a sus dueños.
ORACIÓN II
Glorioso San Roque, rogad por nosotros que, por nuestros pecados, no nos atrevemos a presentarnos delante de Dios. Padrenuestro, avemaría y gloria.
Roque santo, rogad por nosotros a Dios, que es Padre de misericordia, ahora que gozáis de su vista en la gloria celestial. Padrenuestro, avemaría y gloria.
San Roque glorioso, presentad nuestras humildes súplicas, uniéndolas a las de la Inmaculada Virgen María y a las de todos los Santos Franciscanos, para que seamos oídos y podamos dar a todos las gracias en el nombre de Jesús. Padrenuestro, avemaría y gloria.
La cruz santa + selle nuestra frente.
La cruz, santa + selle nuestra boca.
La cruz santa + selle nuestro corazón.
Por el amor que a la cruz profesó San Roque, con cuya señal libró a los pueblos del mal contagioso, libradnos, Señor.
V. Rogad a Cristo, Roque santo, en todas nuestras flaquezas.
R. Para que seamos dignos de sus promesas,
ORACIÓN.- Oh, Dios, que por medio de vuestro Ángel presentasteis al Bienaventurado San Roque una tablilla escrita, prometiéndole que cualquiera que de corazón le invocare quedaría libre de los estragos de la peste, concedednos la gracia de que celebrando su gloriosa memoria, mediante sus méritos y ruegos, seamos libres de todo contagio tanto de cuerpo como de alma. Por Nuestro Señor Jesucristo. Amén.
ORACIÓN III
San Roque, por los ejemplos que nos diste de pobreza, paciencia y caridad con los enfermos, te imploramos tu intercesión para imitarte y conseguir la protección de Cristo, Señor universal; especialmente contra la contaminación de los elementos naturales y de las costumbres. Confiamos que como tantas veces socorriste a nuestros antepasados, también ahora lo hagas con nosotros. Amén.