En la ermita de la Virgen de los Dolores desde el día 28 de junio se encuentra el Santísimo en la reserva del sagrario. Con ocasión de la realización de un nuevo sagrario, obra de Domingo Tejero, se bendijo el mismo en la celebración de la Misa de Hermandad del pasado viernes, víspera de la solemnidad de San Pedro y San Pablo.
“El sagrario, donde se guarda la Eucaristía, evoca en nosotros la presencia del Señor, presencia que deriva del sacrificio de la Misa, y nos recuerda también a los hermanos, a los que debe unirnos el amor de Cristo. La Iglesia, en efecto, en la administración de los misterios que Cristo, el Señor, le confió, originariamente reservó la Eucaristía para atender a los enfermos y moribundos” (Bendicional nº 1022)
Nuestro director espiritual, al finalizar la oración universal de los fieles (peticiones), bendijo el sagrario diciendo: “Señor, Padre santo, que has dado a los hombres el verdadero pan del cielo, dígnate bendecirnos a nosotros y a este sagrario, destinado a la reserva del sacramento del cuerpo y sangre de tu Hijo, y haz, con esta bendición, que, al adorar a Cristo aquí presente, nos unamos constantemente a su misterio de redención” (Bendicional nº 1024)
Tras la comunión, se realizó una pequeña procesión dentro de la ermita con el Santísimo, hacia el lugar donde está el sagrario que se bendijo, se introdujo al Señor en él, dejando un momento de silencio para la oración y adoración. Finalmente se cerró el sagrario y se dio la bendición a todo el pueblo. Terminamos el acto con el canto del himno a la Virgen de los Dolores
La bendición del sagrario fue un acto sencillo y solemne, donde se puso de manifiesto la fe, del pueblo de El Cerro de Andévalo, en la Eucaristía.
Al finalizar el acto, el párroco, sabiendo de la gran afluencia de devotos que visitan la ermita de la Virgen a lo largo del año, invitó a que el clima de silencio, respeto y oración en la ermita sea una constante y característica.
Igualmente, insistió que se diera a conocer que, a los pies de la Virgen de los Dolores, se encuentra Cristo real en la Eucaristía para bien de nuestro interior.
La Parroquia.